LA BATALLA DEL REENCUENTRO

Después de casi 2 años por fin conseguí hacer una prueba. En 2019 la Batalla de Rande fue el único objetivo de la temporada que pude lograr, el Estrecho de Gibraltar se cancelaba por malas condiciones meteorológicas en abril de 2019 por segunda vez consecutiva y el Canal Norte se veía frustrado por el mismo motivo en julio y agosto. Fue un golpe psicológico tantos kilómetros entrenados para ni siquiera poder tocar el agua por cuarta vez en un año, pero enseguida me puse a planificar mi temporada 2020, Estrecho, Batalla y Canal Norte de nuevo.

En 2020 se volvió a cancelar todo y la natación dejó de ser lo más importante, llegó la pandemia y sus terribles consecuencias, nos confinamos y cumplimos todo lo que nos marcaban las autoridades, hasta que por fin nos permitieron salir a hacer deporte. Fue una época de reseteo para volver a organizar los mismos retos ya en 2021.

Marruecos cierra fronteras y se cae el Estrecho (de momento), Irlanda del Norte nos tiene en semáforo rojo, por lo que el Canal Norte se cae. No puedo desperdiciar tantos metros entrenados así que busco nuevos objetivos que afrontar. La Batalla de Rande y el nuevo reto Tenerife-Gran Canaria (62,3kms).

A esta 5ª Batalla llego sin haber podido entrenar el frío, pero no queda otra. Esta vez viajo con Martín Julio de jueves a domingo y el mismo jueves me reencuentro con algunos compañeros de anteriores Batallas entrenando en el Vao. Es la primera vez que me pongo gorro y boya en 2 años, qué incomodidad.

Viernes mas entrenamientos y encuentros, con reunión técnica y recogida de dorsales por la tarde. Malas noticias, además del viento, lluvia y niebla del viernes, en el briefing nos dicen que el sábado el estado de la mar va a ser malo. Con esa información cenamos y a dormir pronto.

El sábado desayuno temprano y subimos al barco los 76 nadadores con los kayakistas, el resto de voluntarios se trasladan en sus propias embarcaciones por protocolo Covid. Voy entretenido charlando con mi gran amigo Marcos Badallo y en la playa de Rodas paso unas tres horas hasta que empiezo a prepararme para mi salida saludando y animando a los nadadores de otros grupos. El tiempo vuela y cuando me quiero dar cuenta estoy con el agua por los tobillos, esperando a que den la salida.

11:20 empieza mi Batalla, por suerte las condiciones del mar son mejores de lo esperado, el agua la siento fresca pero soportable y voy en el grupo G1 con mis 4 compañeros. A los 25 minutos nos para una patrullera de la Guardia Civil, nos hace retroceder un poco y nos dice que debemos esperar a que pase un carguero de gran tamaño. Estamos un rato quietos dentro del agua y yo sin neopreno, por lo que me tengo que concentrar mucho para que el frío no me afecte, hasta que finalmente decidimos nadar un poco hacia los lados, un kilómetro en total, para hacer mas soportable la espera. En total “perdemos” 31 minutos y medio, que más tarde nos descontarían del tiempo final.

Una vez reanudada la prueba, a nuestro compañero francés Stephane Guisard le “entraron prisas” y nos pone en fila india, marcando un ritmo endiablado.

Tal era la concentración para no para no perder la fila, que no me di cuenta de que dejamos a dos compañeros atrás.

En el cuarto avituallamiento se lanzaba la prueba, por lo que Stephane tomó algo en 5 segundos y siguió nadando. Ioseba Mateos se había echado medio plátano a la boca cuando le dije “vete a por él” y, muy obediente, escupió el plátano y salió como un cohete. Me quedé solo y fue por mi culpa. Comí y bebí y salí solo a terminar mis últimos 14 kms, aunque enseguida me asignaron un kayak. Le pedí a la chica que se pusiera a mi izquierda y me dio un par de veces de su propia agua. Unos 2 kilómetros antes de llegar al Puente de Rande la reclamaron en otro punto y, después de darle las gracias, me vuelvo a quedar solo ante el peligro. No encontré el barco del sexto avituallamiento y tuve mucha sed, pero me centré en calcular la mejor forma de pasar por debajo del puente. Una vez pasado cerca de uno de los grandes pilares me voy encontrando muchas boyas naranjas, sigo la estela y esta vez si consigo llegar al séptimo avituallamiento, donde aprovecho para recuperarme y me preparo para los kilómetros finales.

Sigo mi camino y de pronto veo otra persona sin neopreno, me alegro mucho al darme cuenta de que es Tita, busco a Xiscu por la izquierda y le grito “Esa nieta guapaaaa!”, por supuesto el abuelo llevaba una foto de Mía. Al reírme descargo la tensión y afronto con más energía los últimos metros.

Por fin llego a la rampa y termino mis Brazadas Valientes en 6 horas 37 minutos y 55 segundos, batiendo el récord de la prueba que era mío desde 2019.

Muchas gracias a la organización,a los voluntarios y a todos mis compañeros de Batalla!

Gracias también a Champi por entrenarme y a Pequeño Valiente por inspirarme. Repetiremos.

IV Jornada Sport Seguridad AC

Aunque este año la meteorología no me ha ayudado y no he podido hacer ninguno de los retos que tenía planificados, no he perdido el tiempo y, además de seguir entrenando, he participado en la IV Jornada Sport Seguridad AC como ponente en la mesa redonda de «Riesgos específicos en función del deporte».

He tenido la oportunidad de exponer los riesgos inherentes al deporte que practico, la natación en aguas abiertas regulada por la Federación Internacional de Larga Distancia (Marathon Swimmers Federation), muy diferente de la disciplina olímpica de aguas abiertas y de las travesías populares, principalmente porque nunca se permite el uso de neopreno, ni el contacto físico con nada ni con nadie, entre otras diferencias.

Moderada por Javier Raluy, Director Técnico de la Asociación Canaria Sport Seguridad, he compartido mesa con Juan Carlos Sosa «Juanky», maestro de Jiu Jitsu Brasileño y promotor de eventos deportivos y con Ceferino Rodríguez Noda «Ferino V», campeón de Europa del peso Welter.

He aprovechado para hacer un repaso de los riesgos de salud a los que me enfrento, como hipotermia o edema pulmonar, a los riesgos implícitos en el medio marino, como tráfico marítimo o fauna, y a los riesgos económicos que afronto, principalmente cuando asumes todos los costes de un reto, tales como billetes, alojamiento, manutención y otros, y finalmente no puedes afrontarlo por condiciones meteorológicas y debes volver a intentarlo más adelante, asumiendo los mismos gastos organizativos. Este extremo me ha pasado 4 veces seguidas, con el consiguiente impacto en mi economía.

Jornada muy productiva, con un público muy participativo, muy conocedor de la natación en aguas abiertas y muy interesado en mi trayectoria, lo que me ha dado muchos ánimos para seguir adelante a pesar de las dificultades.

Además he conocido personalmente al gran Julio Alberto Moreno Casas, futbolista al que siempre he admirado y más aún después de conocer de primera mano su dura historia de superación personal.

¡Muchas gracias a todos por seguirme!

BATALLA GANADA, UNA GUERRA MENOS

IMG_20190710_204406Aunque comparto la filosofía de Walt Whitman, que decía que las batallas se pierden con el mismo espíritu con que se ganan, lo cierto es que desde que hice la primera Batalla de Rande he luchado por conseguir mi trofeo.

El día 22 de junio disputé mi 4ª Batalla de Rande con las espadas en alto, mi principal objetivo era ganarla en la categoría de sin neopreno.

Esta edición se planteaba muy diferente a las anteriores, además de la categoría “sin neopreno” añadida hace unos años, se creó un grupo ultrarápido, mixto que no debía de cumplir las paradas de avituallamiento como el resto y donde cada participante debía llevar su propio kayak de apoyo que le proporcionaría avituallamiento en cualquier momento del recorrido. Salían los útlimos, 5 minutos después del grupo 1 y debían adelantar a todos para alcanzar la isla de San Simón los primeros. Como las condiciones de nado eran diferentes, ya que no tenían que hacer las 4 paradas obligatorias de 20 minutos en total, este grupo tenía su propia clasificación en la llegada con un único ganador.

IMG_20190622_122524El resto salíamos igual que otros años, 98 nadadores agrupados por ritmo de nado en 5 grupos, que salían de menos a más velocidad desde las 8:00 de la mañana hasta las 10:20, que era la hora en la que empezaba mi grupo, el G1, el más rápido.

En la espera para la salida en la Playa de Rodas pude saludar a muchos compañeros de Batallas anteriores, a 2 compañeros italianos que nadaron conmigo la Vuelta a Manhattan en agosto de 2018 y pude conocer a muchos Triples Corona y ultranadadores de aguas abiertas, que se reunieron en esta edición.

IMG_20190622_144349759Mientras se van dando las salidas sucesivas me voy equipando y calentando los músculos. Mi objetivo principal es estar muchas horas nadando en agua fría, como preparación para el Canal Norte, que lo afronto a finales de julio, pero también quiero disputar la victoria de la prueba sin neopreno. Con estas premisas empiezo a nadar tranquilo a las 10:20, cerrando el grupo G1.

El primer avituallamiento lo tenemos en km 4 y a partir de ahí uno cada 3 kms. Las 4 primeras paradas son obligatorias y duran 5 minutos, se pasa más frío estando quieto tanto tiempo, pero a mi me viene bien para entrenar, me da confianza saber que aguanto sin temblar. A partir del km 13 la travesía es competitiva, me quedo rezagado en el avituallamiento y salgo muy fuerte para cogerles. Este sprint de 500 metros me pasa factura en el hombro, pero consigo llegar y formar grupo con Fernando, Marcos, Eduardo, Iskander y José Eduardo el brasileño. Vamos parando en todos los avituallamientos, comemos y bebemos rápido y seguimos nadando fuerte.

IMG_20190622_161733647En el 5º avituallamiento Elena me dice que no tengo a nadie delante sin neopreno, ya se ve el puente y la corriente nos arrastra hacia dentro, por lo que decido no forzar, marcar bien la técnica de brazada para respetar el hombro y seguir adelante. Llego muy rápido al Puente de Rande y ya dentro de la ensenada nado incómodo con el viento de lado. Aún así, este tramo se pasa muy rápidamente y en los últimos metros aprieto un poco para llegar a la rampa de la isla de San Simón a las 17:04 delante de mi compañero brasileño Jose Eduardo.

IMG_20190622_212940Mi tiempo oficial de 6 horas, 44 minutos y 1 segundo se convierte en el récord de la prueba, tal como recoge la Federación Internacional (Marathon Swimmmers Federation) y me da la ansiada victoria, además de proporcionarme un extra de confianza para afrontar el Canal Norte a partir del próximo 21 de julio, donde me enfrento a 35 kms con el agua algo más fría que otro años entre 11º y 12º.

Aquí tienes una selección de fotos (¡gracias Iskander!):

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Un equipo de altos vuelos

Andy volandoEste año mis visitas a la playa de Las Canteras empezaron de una forma muy diferente. Gracias a mi participación en el reportaje “Cuna de campeones” de Tactic Audiovisual, tuve la suerte de sobrevolar la playa en paratrike con Christian Fernández de Parapentegrancanaria.com.

Desde que Laura se puso en contacto conmigo y me explicó cómo iba a ser la entrevista no pude quitarme de la cabeza la experiencia que iba a vivir junto con Crhis, que grabaría vídeos y fotos y, por supuesto, guiaría el aparato.

ParatrikeEl paratrike es un parapente con motor y ruedas que permite volar a dos tripulantes.

La verdad es que nunca se me hubiese ocurrido subirme a uno, ya que tengo un poco de vértigo, pero después de ver desde el aire la ciudad, las calles llenas de coches, el puerto, Las Canteras, la barra, los surferos, la gente en la arena y paseando por la avenida… se te olvidan los miedos, con el aire dándote en la cara, no hay mayor sensación de libertad, de estar por encima de todo, en todos los sentidos jajaja.

Equipo PGCRepetiría la experiencia y la recomiendo a todo el mundo.

Si quieres olvidarte de todo, relajarte, dejar los problemas a un lado, o debajo más bien, y disfrutar de nuestra ciudad desde otro punto de vista, reserva un vuelo con Parapentegrancanaria.com, con o sin motor, con Chris o con cualquiera del resto del equipo y sentirás lo que es volar en libertad, podrás ser por unos minutos un pájaro de altos vuelos.Las Canteras aerea

The Big Apple

IMG_20180825_062011Después de la alegría de conseguir el segundo peldaño de la Triple Corona el 15 de junio en California y de unos días de descanso, vuelvo a los entrenos, enfocados esta vez en mi siguiente reto, el último paso para lograr la Triple Corona.

Se acabaron los entrenos de noche y con aguas frías, ahora toca prepararse mentalmente para el formato de la vuelta a nado a la isla de Manhattan, que afrontaré el 25 de agosto.

Reservamos billetes al JFK y alojamiento cerca de Times Square con unos días de antelación para adaptarnos a la diferencia horaria y en esos días previos aprovecho para entrenar en una de las piscinas públicas de Nueva York, cuya acceso es gratuito.

Poco a poco han ido publicándose los detalles de la prueba, seremos 15 nadadores y empezaremos a nadar de forma escalonada en orden inverso al ritmo de inscripción, daremos la vuelta a nado a la isla de Manhattan en sentido contrario a las agujas del reloj y la hora de salida, para aprovechar al máximo las corrientes de las mareas, será entre las 7:00 y las 7:30 de la mañana del 25 de agosto.

IMG_20180825_061105Nos citan a todos a las 5 de la mañana en el North Cove Marina, detrás de la tristemente conocida zona de las Torres Gemelas, donde nos presentan a nuestros observers o árbitros y kayakers, uno por nadador, recibimos las últimas instrucciones y embarcamos rumbo al lugar de salida, el histórico muelle Pier A, con la Estatua de la Libertad justo enfrente. En mi barco, el Together II, irán Dana Page como árbitro, Sergio y Elena como asistentes, el capitán Ed Dottino y el marinero, además mi kayak lo tripulará Manuela, que será la encargada de darme los avituallamientos.

Subimos al Together II sobre las 6:00 y nos dirigimos a la zona de salida, desde donde a las 7:05 sale la primera tanda de nadadores, en este caso 1 nadador en solitario, la segunda tanda empieza a las 7:10, con 5 nadadores, a las 7:20 arranca el grupo de 6 donde se encontraba Juanjo Caselles, el otro nadador español que coincidió en este reto conmigo y por último a las 7:30 saldríamos los 3 nadadores restantes.

A las 7:25 me viene a buscar la moto de agua para llevarme al punto de salida, realmente nunca coincidí allí con los otros dos nadadores, a una ni la vi y el otro ya había empezado a nadar cuando llegué. La salida fue bastante confusa, pues no se oyó el bocinazo que había sonado con las otras 3 tandas, pero como el objetivo no era ganar la carrera, sino lograr la Triple Corona, no me preocupó.

Rápidamente me vi el último de esta comitiva de 15 nadadores, 15 kayaks, 15 barcos acompañantes, varias motos y barcos de control de la travesía y tres o cuatro lanchas de la policía, que escoltaban al grupo.

IMG_20180825_074753_BURST3Empiezo bajando por la zona sur del río Hudson, para rápidamente girar a la izquierda y entrar en el río East. La corriente a favor es tremenda y nado cómodamente, pasa media hora y ya llevo 4 kilómetros, sigo el último pero ya veo al penúltimo, mi amigo Juanjo, al que adelanto después de pasar por debajo del puente de Brooklyn. He pactado con Manuela que pararé cada hora para comer y beber, tengo las bolsitas numeradas como en California para entendernos bien, ya que ella es francesa. Tiene en su kayak un poco de todo y en caso de necesitar algo, en el barco Elena lo prepararía.

Después de 8 kilómetros llega la primera hora y hago la primera parada. Como un sandwich de nocilla, bebo agua y sigo nadando, adelantando a algunos compañeros y viendo a otros por delante. El tráfico en este tramo es caótico, me encuentro de frente con una excursión de motos de agua, de la que me protege mi barco acompañante, Manuela me desvía hacia la derecha porque va a amerizar un hidroavión, etc. Antes de las 2 horas de nado alcanzo la zona de Roosevelt Island, hemos llegado demasiado pronto por lo que tendremos corriente en contra un buen rato, hasta que cambie la marea. En esta zona adelanto a casi todos los nadadores que luchan contra la corriente. Elena escucha las instrucciones en español del kayaker de IMG_20180825_103416_BURST19Juanjo, que le lleva por la orilla izquierda para evitar la fuerte corriente central, se las pasa a Manuela en inglés y conseguimos esquivar algo de corriente, tomo el segundo avituallamiento justo antes del cambio de marea, medio plátano y cocacola en el kilómetro 13,5 justo enfrente de Mill Rock y sigo nadando hacia el río Harlem.. Me encuentro genial, voy entretenido viendo la costa de Manhattan, a medida que nos acercamos al norte el paisaje cambia radicalmente, los grandes rascacielos del Skyline dan paso a edificaciones más bajas con muchas zonas verdes. El río se va estrechando y la corriente me favorece, alcanzo la tercera hora, 17 kms y es mi turno de comida, paro y me tomo un sandwich de nocilla con agua, empiezo a nadar de nuevo y vomito. Es en este momento cuando me doy cuenta de que he tragado agua del río, que está muy sucio y me ha hecho daño al estómago. Soy consciente de que esto va afectar a mi rendimiento, pienso en que ya llevo mucho nadado, quedan casi 30 kilómetros, pero tengo mucha gente apoyándome y me acuerdo de mis Pequeños Valientes que me dan fuerzas, aprieto los dientes y sigo nadando.

IMG_20180825_152507_BURST18A las 4 horas de nado llevo 23 kilómetros, intento comer algo pero no puedo, me conformo con unos buches de cocacola y sigo adelante, intento entretenerme con el paisaje, cuento los puentes que voy pasando, en el río Harlem hay 10 de los 20 totales y están muy seguidos. Justo delante tengo al nadador rumano que salió conmigo y que debe estar pasando por una pájara peor que la mía, nos ponemos en paralelo y me lo tapa su barco acompañante. Me concentro en seguir adelante, la verdad es que el río ayuda y siento que con cada brazada avanzo mucho, deseando que acabe el Harlem para afrontar los últimos 20 kilómetros del río Hudson.

En 4 horas 45 minutos giro para entrar en el Hudson y es ahora cuando empieza el verdadero sufrimiento. El viento que sopla en contra provoca olas que me hacen nadar muy incómodo y se me resiente la lesión del hombro. Paro para tomar ibupofeno un poco antes de las 6 horas.

IMG_20180825_155158_BURST11El paisaje va cambiando, vuelven los grandes edificios y el tráfico marítimo crece en cantidad y tamaño. A la altura de Central Park el trasiego de embarcaciones rápidas es constante. El Together II navega delante mía haciendo eses para protegerme lo que provoca más olas, aunque es absolutamente necesario para evitar que me arrollen.

Al cumplir la séptima hora, con 40 kilómetros nadados ya ni siquiera intento comer, tan solo bebo un poco de agua y cocacola y sigo mi pequeño calvario hacia mi gran triunfo. Los paisajes son cada vez más conocidos, el Intprepid of the seas, los Piers, el Skyline… se acerca el final y me animo sabiendo que voy a lograrlo.

IMG_20180825_161012Dejo a mi derecha al Norwegian Gem, un gran crucero que tiene la deferencia de dejarme pasar antes de zarpar y un poco más adelante casi me lleva por delante uno de los pequeños ferries que van a Nueva Jersey. Gracias a Manuela consigo esquivarlo y de pronto veo gente animándome desde tierra, están en Pier A y la meta está un poco más adelante, justo en el mismo punto desde donde salimos, el edificio con el reloj de Battery Park. Casi sin darme cuenta he terminado, Dana para el cronómetro en 8 horas y 20 minutos, me recogen en la moto de agua y me llevan al barco. Me siento, descanso un poco y me froto los ojos mientras pienso, lo tengo! He dado la vuelta a la isla de Manhattan, he nadado 48 kilómetros en 8:20 y he vendido mis brazadas a favor de la Asociación de niños con cáncer Pequeño Valiente.

¡Ya tengo la Triple Corona!

Ahora toca recuperarse, relajarse y disfrutar unos días con Sergio y con Elena del fantástico caos de esta gran ciudad.

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Estrecho de Gibraltar

img_20180917_125221Desde el sábado estoy en Tarifa, junto a mis compañeros Ángel, Carlos y Eugenio esperando a que mejoren las condiciones meteorológicas para que nos permitan nadar el Estrecho de Gibraltar.

Esta mañana nos hemos reunido con Laura en la sede de la asociación que regula los cruces y nos ha explicado claramente las peculiaridades de este reto.

Los cruces se inician desde la isla de Tarifa y terminan en la costa de Marruecos, en la Punta Cires o en cualquier otro punto hacia el este. No está permitido tocar tierra al oeste de Cires por prohibición expresa de las autoridades marroquíes.

El mayor problema que tiene el Estrecho es precisamente lo estrecho que es. Son 15 kms que compartimos los nadadores con los grandes cargueros que pasan hacia o desde el Mediterráneo y los ferries, embarcaciones rápidas y todo tipo de barcos que salen de los puertos de Tánger y Ceuta en la costa africana y de Algeciras, Gibraltar y Tarifa. En tan poco espacio es muy difícil encajar un grupo de nadadores con sus pequeñas embarcaciones que van a un ritmo mucho más lento, que ocupan las aguas del Estrecho durante demasiado tiempo.

Con este panorama solo es posible nadar cuando la corriente marina te lleva hacia el este y cuando el viento sopla suave y hacia el este también. Todo esto debe encajar entre la salida y la puesta del sol, ya que no se permite nadar de noche, por lo que la ventana de posibilidades se reduce mucho. Hay que conseguir que la pleamar sea después de mediodía, que no haya bruma y que el viento sople de poniente.

Por ahora el tiempo no acompaña, seguimos esperando los parte a meteorológicos.

With a little help from my friend

img_20180901_120125Después de la vuelta a nado a Manhattan y de conseguir la Triple Corona, he pasado unos días en casa de mi compañero y amigo de la infancia Frederik.
Frederik Hviid es uno de los grandes nadadores canarios de todos los tiempos.
Desde que empezó a competir con 12 años batió todos los récords o mejores marcas regionales de libre, espalda y estilos.
A nivel nacional consiguió ser campeón de España en 45 ocasiones y batir el récord de España 8 veces.
Pronto pasó a formar parte del equipo nacional, logrando ser campeón de Europa en dos ocasiones, en la prueba de 400 estilos y 4 veces subcampeón en 400 estilos y 1500 libre.
A nivel mundial logró 3 medallas de oro en Copa del Mundo (1500 y 400 libre) y una de plata en 400 estilos. En Campeonatos del Mundo logró entrar en finales B en 4 ocasiones (400 y 1500 libre y 400 estilos), ganando la final de consolación de 400 estilos en Perth (1998), es decir noveno del mundo, y logrando el bronce al año siguiente en Hong Kong.
En cuanto a Juegos Olímpicos, a pesar de haber hecho mínimas en 3 Juegos, se quedó fuera de la selección en Barcelona 92, pero tanto en Atlanta 96 como en Sidney 2000 demostró su gran calidad en las pruebas de 1500 libre y 400 estilos. En Atlanta ganó la final de consolación de 400 estilos y en Australia consiguió clasificarse para las finales de consolación de ambas pruebas.
En 2001 las obligaciones laborales le llevan a retirarse, no sin antes recibir las Medallas al Mérito Deportivo de manos del ahora Rey de España, don Felipe VI, primero de bronce y al año siguiente la de plata.
Pero su historial deportivo no termina ahí, ahora residente en Maryland, diseñador gráfico de profesión y entrenador de natación por vocación, ha vuelto a ponerse un bañador y competir. Primero en una travesía de unos 7 kms, la Great Chesapeake Bay Swim, que ha ganado un par de veces, y luego en la piscina en categoría Máster, donde ha logrado varios oros en campeonatos americanos y dos oros en el campeonato mundial máster de Canadá 2014, en 800 libre y 200 espalda. Además, récord del mundo en 200 espalda 2 veces.
En estos días en su casa le he contado con detalle mis proyectos, sobre todo la colaboración con Pequeño Valiente, mediante el convenio de Brazadas Valientes y Frederik se va a sumar al proyecto.
¡Con la Casa Blanca como testigo, hemos sellado nuestro acuerdo!
¡Frederik Hviid y Andy Ortega nadarán juntos a beneficio de Pequeño Valiente!
En breve daremos detalles de nuestro próximo reto.

¡Muchas gracias Frederik a ti y a tu familia por tu hospitalidad!

NEW YORK, NEW YORK

WhatsApp Image 2018-08-16 at 12.54.18En pocos días estaré volando hacia Nueva York, donde espero conseguir mi Triple Corona el próximo sábado 25 de agosto, después de terminar la vuelta a nado a la isla de Manhattan.

Toda la información antes y durante la travesía, incluido mi track particular que irá a bordo de mi barco, el Together II, se podrá seguir en Facebook y en Twitter.

Además, la información y track oficial de  los 15 participantes se podrá consultar en tiempo real en la web de New York Open Water:

¿Venderé mis 65.000 BRAZADAS VALIENTES? ¡Ayúdame a conseguirlo comprando brazadas y compartiendo el cartel!

Promocion Peque Valiente-Manhattan

 

LOS SUEÑOS SE CUMPLEN

Ultimos_preparativosYa desde el mismo 7 de agosto, cuando terminé el Canal de la Mancha, tenía claro que quería poseer la Triple Corona de Aguas Abiertas. Parecía que la prueba más dura era el Canal y ya la tenía, por lo que decidí lanzarme a la piscina, nunca mejor dicho, y solicitar plaza para los dos retos que me faltaban.

Esperé a que se abrieran las inscripciones de Manhattan, aún dándole vueltas a la cabeza a la idea, si conseguía entrar en la tercera tanda de esta travesía, pediría plaza para nadar Santa Catalina en junio y conseguiría mi Triple Corona este mismo año, 2018.

En diciembre me confirman la plaza, el 25 de agosto haré la vuelta a nado a la isla de Manhattan, busco fechas en junio, mirando mi calendario laboral y la temperatura del agua de la zona del Sur de California, me pongo en contacto con los barcos y todo cuadra! Consigo plaza en el Pacific Star para nadar el Canal de Santa Catalina el 15 de junio.

IMG_20180615_023420Con el calendario organizado me centro en mis entrenos, hago hincapié en las noches, me cuesta sentirme cómodo nadando de noche, pero procuro ir una vez por semana. Este año también hago una escapada a Dublín para entrenar en aguas frías. Y llega el mes de junio y nos vamos a Los Ángeles, ya que la travesía empieza de noche, planifico un vuelo a dos días de la fecha reservada. La idea es aguantar esos días con el horario cambiado, para que al tirarme al agua a las 23:00, que serían las 7:00 horas en Canarias, evitar que me venza el sueño.

Pasamos dos días en Los Ángeles mirando al mar y comprobando in situ el motivo por el que se nada de noche. En esta zona amanece siempre nublado y fresco, nos sentimos como en casa con la “panza de burro”. Pero a primera hora de la tarde se levanta un viento tremendo que despeja las nubes y alivia el calor de las temperaturas que van subiendo a lo largo del día. El clima tan característico y siempre previsible es lo que hace que la prueba se organice de noche, para evitar los grandes vientos que te alejan de la costa.

IMG_20180615_054019_BURST6Esta travesía, a diferencia del Canal de la Mancha, se hace el día que está planificado, en concreto se inicia la noche anterior y se termina en el día reservado. Al ser nocturna es obligatorio que el barco tenga doble tripulación y también me exigen tener dos kayakers y dos asistentes. A través de Antonio Argüelles, contacto con Dan Simonelli, que me consigue los dos kayakers y va él mismo como asistente junto a Elena. Tengo el equipo completo y quedamos en vernos en el muelle a las 19:00 para salir a las 20:00 y empezar a nadar sobre las 23:00 del día 14 de junio.

Llega el gran día, siguiendo con el plan “ceno” a las 11:00 de la mañana y me acuesto a dormir. Me levanto a las 17:00, preparo todo el material para la travesía, bañador, gafas, gorro, luces led, luces químicas, avituallamientos distribuidos en bolsitas numeradas, para que sea más fácil de identificar por los kayakers, que son los que me lo darán, toalla, grasa, cronómetro y ropa de abrigo.

IMG_20180615_060211Entro al muelle aún de día y lo primero que veo al bajar al pantalán es un león marino que se asoma. Empiezan los nervios, además del nado nocturno, esta travesía se caracteriza por la abundante vida marina que hay y lo acabo de comprobar. Subimos al barco y nos presentamos, capitanes David y Jacob, marineros Elwood y Max, kayakers Dawn y Steve, Observer principal Don Van Cleve, segundo Observer Joel Virgel, asistentes Dan y Elena, nadador Andy. Mientras la tripulación prepara el barco y los kayakers suben su material, Don y Joel repasan conmigo las normas y vemos que las luces químicas que hemos traído para iluminar el barco y los kayaks son muy cortas. Rápidamente Don se ofrece a llevarnos a una tienda cercana para conseguir otras más grandes. Aquí en Gran Canaria nos costó encontrarlos, pero allá los venden en tiendas de todo a $0,99 como juguetes infantiles. Compramos varias “espadas láser” y “varitas mágicas” y regresamos al barco. Este pequeño percance hace que la salida se retrase una hora y por mi cabeza pasa que me voy a ahorrar una hora de oscura noche, que por cierto no tenía luna.

IMG_20180615_060531_BURST18Puntual a las 21:00 zarpa el Pacific Star rumbo a la zona norte de la isla de Santa Catalina, desde donde empezaré la travesía. En las 2 horas largas que dura el trayecto los kayakers y media tripulación bajan a dormir a los camarotes, quedando en la cabina los Observers, Elena y yo. Hace frío, pero me abrigo bien y echo una cabezada. Se ralentizan los motores y me dicen que estamos muy cerca, que puedo empezar a prepararme. En ese momento caigo en la cuenta de que no he comido nada desde las 11:00 de la mañana, qué fallo tan gordo he tenido, pensando en descansar se me ha olvidado comer! Me como 3 plátanos, bebo algo y me preparo, bañador, grasa por todo el cuerpo, luces en las gafas y bañador, gorro, gafas y listo. Foto de rigor, aún medio dormido, kayaker en el agua esperando por mí, últimas instrucciones y al agua.

No veo nada, Dawn con su kayak me dirige hacia la playa donde tengo que salir completamente del agua para que empiece el reto. Tengo que atravesar la línea de boyas y Dawn me indica que las pase por debajo, lo intento pero hay una columna de algas muy tupidas y decido pasar por encima, oigo un chapoteo y se asoma a mi lado un curioso león marino, que parece asombrado de verme allí. El pulso se me acelera y salgo a la arena, me quedo un rato de pie, tranquilizándome y visualizando lo que me espera. Levanto la mano, suena la bocina del barco, el Observer pone en marcha el cronómetro y empiezo a nadar. Son las 00:10, las 8:10 en Canarias.

IMG_20180615_073426_BURST13Me noto lento e incómodo, solo veo a mi izquierda las luces del barco, que me deslumbran bastante y me impiden ver a la tripulación, respiro de vez en cuando a la derecha para ver el kayak y sentirme acompañado. El agua está a 17º pero la temperatura exterior es de 12º, por lo que la sensación térmica es muy baja, en contra de lo esperado, estoy pasando más frío que en el Canal de la Mancha.

Hemos pactado que cada hora pararé a tomar avituallamientos, el kayaker tendrá bolsitas numeradas para que sea más fácil la comunicación en Spanglish y los botes con las bebidas. Como no veo mi reloj, me tienen que avisar desde el barco con un código de luces cuando me queden 10 minutos para comer, en esos 10 minutos decido lo que quiero comer y me paro, canto el número de bolsita y pido la bebida. Este método es más lento, porque además el kayaker no tiene luz suficiente y le cuesta encontrar la bolsita numerada, lo que hace que las paradas sean más largas y el frío me afecte mucho más.

Después del segundo avituallamiento oigo unos chillidos, levanto la cabeza pensando que me estaban hablando desde el barco, pero no son ellos, se oyen gritos y salpicaduras a lo lejos y veo sombras debajo de mí. El pulso se me acelera y la cabeza empieza a darme vueltas, no sé que pensar para tranquilizarme, cuando una de las sombras me da un golpe en el muslo. Apenas puedo respirar del susto, pero decido seguir nadando, pensando que eran delfines juguetones.

OLYMPUS DIGITAL CAMERALlega la tercera hora y coincide mi turno de comida con el cambio de kayak, la parada se hace larga y empiezo a temblar, no me sienta bien esta comida y empiezo a nadar con ardor de estómago. Pasan unos minutos, vomito y sigo nadando. Ahora me encuentro mejor, me concentro en mis brazadas y en todo lo que lleva cada una de ellas, entrenos, sacrificios, cansancio y esperanza para los niños de Pequeño Valiente, esto me ayuda a volver a estar al máximo.

Pasan las horas y sigo nadando helado, pero poco a poco va clareando y me animo, pensando que con el día el sol me calentará. Amanece un día nublado y llega una pequeña llovizna que me hace perder la esperanza, tengo claro que voy a nadar todo el tiempo con frío y me concentro para que no me afecte.

Veo a Elena mirando hacia atrás y señalando y me asusto, le pregunto y me dice que había visto gaviotas. Luego me diría que lo que había visto era una aleta de tiburón, que se me acercaba por detrás, que dejó de señalarla y la siguió con la mirada, escondida detrás de las gafas de sol para que no me diera cuenta, que la aleta se acerco a unos 20 metros por detrás y giró de repente, se hundió y no se acercó más. Menos mal que no le interesé!

IMG_20180615_094225_BURST11Se van la lluvia y las nubes y llegan el sol y el viento, que trae alguna ola. Se me hace más incómodo nadar, pero ya nada ni nadie me distrae de mi objetivo, cada vez que levanto la cabeza lo veo más nítido, ahí está California y allá voy. Algunas medusas me acarician, pero no me afecta demasiado el picor.

Me empiezo a cruzar con las famosas algas típicas de California, las kelps, son tan grandes que es molesto enredarte en ellas y además puede que haya algún león marino escondido, por lo que intento esquivarlas.

IMG_20180615_100738_BURST9Al salir el sol me siento un poco mejor y en uno de los avituallamientos canto en voz alta la matraquilla que llevo tarareando desde hace rato “y la meta pa’cuando”. Todos reímos y sigo nadando. Todavía con la sonrisa en la boca, siento cómo la temperatura del mar cae de golpe, miro el reloj y me marca 13º! Ya sabía que cerca de la costa había una corriente fría, pero el cambio fue tan brutal que me pilló desprevenido. Busco el lado positivo, esto quiere decir que estoy muy cerca de lograr mi reto, pregunto cuánto me queda y me dicen que 4. Perfecto, queda muy poco, calculo que una hora, y tengo fuerzas por lo que decido apretar, para llegar antes y para sentir menos frío. Me costó darme cuenta, pero al ver que no llegaba a la costa, en el último avituallamiento me aclaran que eran 4 millas no kilómetros, es decir unos 7 kms. Varapalo y concentración para seguir, aflojo el ritmo y me concentro.

IMG_20180615_102310Pronto se acerca la costa, dejamos Long Beach a la derecha y San Pedro también, nos acercamos a Rancho Palos Verdes y puedo ver que cada vez hay menos profundidad. Me dan a elegir entre llegar al punto más cercano, pero trepar las rocas para quedar con todo el cuerpo fuera del agua y dar así por finalizada la travesía, o nadar unos 700 metros más y llegar a la arena. Prefiero llegar a la arena y además, a la playa de la derecha que, aunque más alejada, tiene menos kelps y menos leones marinos curioseando.

En los últimos metros saltan al agua los dos kayaks, el barco se detiene en la ensenada de Smuggler’s Cove mientras Dawn y Steve me ayudan a esquivar las algas y me escoltan hasta la arena. Toco tierra, camino hacia fuera del agua y cuando salgo completamente suena la bocina del barco, los Observers paran el cronómetro y todos me aplauden. Me siento en la arena a reposar y a digerir lo que acaba de pasar, 34,2 kms, 10 horas y 15 minutos, la mayor parte de noche, solo y pasando mucho frío, pero está hecho, he nadado el Canal de Santa Catalina, he sido el primero del año 2018, primer canario y octavo español en lograrlo y he vendido todas mis brazadas a favor de la Asociación de niños con cáncer Pequeño Valiente.

IMG_20180615_102345Ya tengo mi segundo eslabón de la Triple Corona, solo me falta el último, el próximo 25 de agosto en Manhattan.

Vuelvo al barco agarrado a uno de los kayaks, no doy ni una brazada más!

Ahora toca relajarse y disfrutar un poco de este país, tan diferente a Europa pero donde nos hemos sentido como en casa, por la amabilidad de la gente y por la “panza de burro” que tuvimos todos los días en Los Ángeles.

¡Muchas gracias a todos por apoyarme y seguirme!

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Noche en blanco

img_20180614_102446En pocas horas comenzaré mi reto. A las 20:00 horas de California (4 de la mañana del día 15 hora Canaria) zarpamos en el Pacific Star rumbo a la isla de Santa Catalina. Conmigo se inaugurará la temporada de 2018 de cruces del Canal de Santa Catalina.

En las 2 horas del trayecto me prepararé mentalmente para pasar la noche en blanco, entera nadando. Amanecerá a las 5:45 (13:45 hora canaria) y procuraré llegar lo antes posible a la costa.

Recibiré las últimas instrucciones del capitán David Harvey, los Observers Don y Joel, me recordarán las normas y me equiparé con mi bañador, gorro, gafas y luces, me untaré todo el cuerpo de grasa y me lanzaré a las negras aguas del pacífico sobre las 23:00  (7:00 en Canarias), acompañado de mis kayakers Dawn y Steve, que se turnarán para escoltarme en todo momento.

En el barco tendré a Dan y a Elena pendientes de mis avituallamientos y del seguimiento en Facebook y Twitter.

img-20180611-wa0010Podrás saber mi posición en todo momento a través del track:

https://livetrack.garmin.com/session/513fc80f-e064-4ec4-ab78-b600f96e05a1/token/86ADA26823B552ABB85C13C86DDC8D2A

Y recuerda comprar mis Brazadas Valientes en favor de los niños de Pequeño Valiente!

Muchas gracias por seguirme y apoyarme!