Después de dos semanas de adaptación a los volúmenes de natación en la piscina, ya he comenzado con la preparación más específica cara al Canal. El pasado miércoles después de mi sesión matutina en la piscina, tuve mi primera sesión de nado nocturno con 3200 metros en la Playa de Las Canteras.
Hay que trabajar mucho la noche, es casi como nadar a ciegas, debajo del agua no se ve nada y por encima solo se ve la zona iluminada del lejano paseo de la playa, cuanto más miras a la luz, menos aprecias lo que tienes delante, lo que produce una sensación tremenda de inseguridad.
Tuve la suerte de poder contar con José Luis y Elena, que me acompañaron con el kayak y me ayudaron a esquivar las rocas y las boyas. Cada dos semanas entrenaré en el mar de noche, con distancias cada vez más largas para conseguir la misma soltura que tengo nadando con luz.
¡Por delante tengo menos de nueve meses para mi gran objetivo, el Canal de la Mancha!